Una tarde, era 23 de septiembre, me vino a visitar mi hijo del corazón, Martín, siempre aparecía en casa, para charlar y tomar unos cafés batidos, le encantaban, esa tarde me había quedado sin café, como nunca, así que le pedí a una vecina un poco, apenas nos alcanzo uno para cada uno, charlamos mucho, le manifesté que no me gustaba que estuviera viviendo en la casa de su madre, le ofrecí dinero para que alquilara en una pensión o algo así, me dijo que no, que no me preocupara, dijo que era solo por unos días mas, ya que le entregarían una casita a estrenar, donde viviría solo...así pasamos la tarde, charlando, riéndonos , cuando se despidió me dijo que regresaría el día 26 de septiembre y me dijo que mas valiera que tuviera café, se refirió a ese día particular por que sabia que cerraba la tarjeta de crédito y que haría mis compras, entre ellas café, lo acompañe hasta la puerta le di un abrazo, un beso, le pedí que se cuidara , que cualquier cosa contara conmigo,por que lo queria mucho como a mis propios hijos. Lo vi alejarse... Y nunca mas volvió
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