Rodo tu sonrisa de niño
por los escalones de la infancia
alli donde los sueños furtivos
se desperezan entre las sabanas blancas.
Rodo en silencio...no dijo nada
solo las lagrimas contemplaban
y a lo lejos alguien tocaba
musica de angeles...de esperanza.
Rodo la luz que te iluminaba
y la tristeza ahondo en tu alma
gritos desgarradores se escuchaban
la violencia era la soberana.
Rodo la ternura y la calidez que se ama
el frio cubrio hasta la misma casa
y la familia ya no existia
eran otros tantos fantasmas
que a tu alrededor danzaban.
Rodo la justicia apuñalada
nadie devolveria ya nada
todo se hizo bruma y escarcha
quedaste con tu vida destrozada.
En memoria de Martin Barrientos que hace cinco años que partio hacia el cielo, dejando un profundo dolor en todos aquellos que lo amamos tanto, siempre te recordaremos.
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