
En cuanto anegdotas, no quiero dejar de contar particularmente esta, fue un sábado 11 de octubre de 1986, el día de mi boda...tenia 18 años y mi novio 22 años, y como pasa siempre en estos acontecimientos, habíamos tenido una semana agitada, con todos los preparativos, ese dia, mientras me dirigía a la iglesia acompañada de mi papa, estaba tan nerviosa, que le pedí que diéramos un paseo por la ciudad, las dos veces que me dijo, - ¡bueno negra, vamos! – yo le pedía otra vueltita así fue, la Avda. San Martín, por la plaza, finalmente la tercera fue la vencida, nos dirigimos a nuestro destino... Ingrese a la Iglesia acompañada de la melancólica melodía del Ave Maria de fondo y allí estaba mi flamante novio, futuro esposo y padre de mis hijos, con su traje azul, su camisa blanca y corbata bordo, nos encontramos en el altar, y comenzó la emotiva ceremonia, mientras el sacerdote daba un hermoso discurso sobre el amor de las parejas, el matrimonio, los hijos ta...ta...ta mire a mi pareja y observe, que estaba pálido por su rostro corria sudor frío , le costaba mantener los ojos abiertos, y se tambaleaba de un lado al otro, estaba a punto de desmayarse, enseguida asustada, dirigí mi mirada al padre que también se había dado cuenta, rápidamente, acelero el discurso y finalizo la ceremonia, tatata...tatata... "los declara marido y mujer", tome al desahuciado del brazo, nos dimos vuelta y salimos como trueno hacia afuera, ni siquiera nos dimos el beso en el altar...y por si todo eso fuera poco...después que se repuso, se enojo conmigo – por que habia demorado tanto en llegar a la iglesia y por que no lo habia besado en el altar . Esto paso hace 22 años pero quedo plasmado en nuestras fotos un novio que parecia agonizar.
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