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viernes, 29 de agosto de 2008

Para no olvidar... Anegdotas familiares



En cuanto anegdotas, no quiero dejar de contar particularmente esta, fue un sábado 11 de octubre de 1986, el día de mi boda...tenia 18 años y mi novio 22 años, y como pasa siempre en estos acontecimientos, habíamos tenido una semana agitada, con todos los preparativos, ese dia, mientras me dirigía a la iglesia acompañada de mi papa, estaba tan nerviosa, que le pedí que diéramos un paseo por la ciudad, las dos veces que me dijo, - ¡bueno negra, vamos! – yo le pedía otra vueltita así fue, la Avda. San Martín, por la plaza, finalmente la tercera fue la vencida, nos dirigimos a nuestro destino... Ingrese a la Iglesia acompañada de la melancólica melodía del Ave Maria de fondo y allí estaba mi flamante novio, futuro esposo y padre de mis hijos, con su traje azul, su camisa blanca y corbata bordo, nos encontramos en el altar, y comenzó la emotiva ceremonia, mientras el sacerdote daba un hermoso discurso sobre el amor de las parejas, el matrimonio, los hijos ta...ta...ta mire a mi pareja y observe, que estaba pálido por su rostro corria sudor frío , le costaba mantener los ojos abiertos, y se tambaleaba de un lado al otro, estaba a punto de desmayarse, enseguida asustada, dirigí mi mirada al padre que también se había dado cuenta, rápidamente, acelero el discurso y finalizo la ceremonia, tatata...tatata... "los declara marido y mujer", tome al desahuciado del brazo, nos dimos vuelta y salimos como trueno hacia afuera, ni siquiera nos dimos el beso en el altar...y por si todo eso fuera poco...después que se repuso, se enojo conmigo – por que habia demorado tanto en llegar a la iglesia y por que no lo habia besado en el altar . Esto paso hace 22 años pero quedo plasmado en nuestras fotos un novio que parecia agonizar.

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